martes, 21 de mayo de 2013

Análisis del cuento: La estructura y el narrador

Todo cuento debe tener una estructuración, dada por: una introducción o exposición, un desarrollo, complicación o nudo, y un desenlace.

La introducción, palabras preliminares o arranque, sitúa al lector en el umbral del cuento propiamente dicho. Aquí se dan los elementos necesarios para comprender el cuento. Se esbozan los rasgos de los personajes, como ocurre en La Camarona, se dibuja el ambiente en que se sitúa la acción y se exponen los sucesos que originan la trama, esto podemos verlo en Rompecabezas.
El desarrollo, consiste en la exposición del problema que hay que resolver. Va progresando en intensidad a medida que se desarrolla la acción y llega al clímax o punto culminante (máxima tensión), para luego declinar y concluir en el desenlace.
El desenlace, resuelve el conflicto planteado; concluye la intriga que forma el plan y el argumento de la obra, como ocurre en este fragmento de ¡Adiós, Cordera!:

"Qué sola se quedaba! Ahora sí, ahora sí que era un desierto el prao Somonte.

-¡Adiós, Pinín! ¡Adiós, Cordera!

Con qué odio miraba Rosa la vía manchada de carbones apagados; con qué ira los alambres del telégrafo. ¡Oh!, bien hacía la Cordera en no acercarse. Aquello era el mundo, lo desconocido, que se lo llevaba todo. Y sin pensarlo, Rosa apoyó la cabeza sobre el palo clavado como un pendón en la punta del Somonte. El viento cantaba en las entrañas del pino seco su canción metálica. Ahora ya lo comprendía Rosa. Era canción de lágrimas, de abandono, de soledad, de muerte.

En las vibraciones rápidas, como quejidos, creía oír, muy lejana, la voz que sollozaba por la vía adelante:

-¡Adiós, Rosa! ¡Adiós, Cordera!"

Respecto a la extensión de las partes que componen el cuento, ésta deben guardar relación con la importancia concreta que cada una tenga dentro del relato. En general, estos cuentos, como habréis podido observar, son muy breves. Debemos señalar que la estructura descrita se refiere al cuento tradicional, que es organizado de forma lineal o narrado cronológicamente. Actualmente, los escritores no se ciñen a dicha estructura: utilizan el criterio estético libre, el que permite que un cuento pueda empezar por el final, para luego retroceder al principio; o comenzar por el medio, seguir hasta el final y terminar en el principio.


Y por último, nos dedicaremos a analizar el narrador de los cuentos. El narrador puede participar o no en la acción narrada, conocerla en mayor o menor grado; vincularse emocionalmente a los hechos o distanciarse de ellos; dirigirse o no al lector. Veamos algunos ejemplos:

La narración de Las fresas tiene algunos tintes líricos cuando el narrador-protagonista se detiene a contemplar los rayos del sol sobre su cuerpo o el de su amada Ninon, así como las freseras que rebosan frutos hermosos y provocativos que producen alegría. En este caso, el narrador participa directamente en los hechos que en el cuento se relatan, es homodiegético. Este tipo de narrador es el menos abundante.

En los demás cuentos, el narrador es externo, omnisciente. Más objetivo e impersonal que el que encontraríamos en cualquier narración realista.



"La juventud es la edad de los sacrificios desinteresados, de la ausencia de egoísmo, de los excesos superfluos."
(Vicente Blasco Ibáñez)



Análisis del cuento: Tiempo, espacio, descripciones...


A continuación vamos a exponer el tiempo, que corresponde a la época en que se ambienta la historia y la duración del suceso narrado. Este elemento ha resultado ser muy variable en los cuentos seleccionados. Debemos distinguir entre tiempo externo en que se sitúa lo narrado, y tiempo interno o transcurso temporal que recorre el relato.

En Las fresas, la acción ocurre durante "una mañana de junio", como podemos leer al principio del cuento, los hechos ocurren durante un solo día al contrario que ocurre en los demás cuentos. En este cuento, Zola nos traslada a un bosque de Francia, estamos en el siglo XIX, la sociedad feudad está casi influenciada por las nuevas incorporaciones tecnológicas, industriales y científicas.

En Rompecabezas de Galdós, podemos leer esto:

"Ayer, como quien dice, el año Tal de la Era Cristiana, correspondiente al Cuál, o si se quiere, al tres mil y pico de la cronología egipcia. (...)"

Algunos cuentos como este nos trasladan a otras épocas, pero la mayoría ocurren durante la época propia del naturalismo. Se trata de un momento en el que, por la fuerte tradición religiosa y cristiana y por la débil minoría laica existente, el equilibrio krausista entre positivismo-naturalismo y espiritualismo cede finalmente a favor del segundo. Esto se puede observar sobre todo en ¡Adiós, Cordera!.

El tiempo y el espacio se precisan en la situación inicial y sirven como marco para la historia.


El espacio narrativo es una recreación de un espacio real o ficticio (los nombres de lugares ficticios que se apoyan en una geografía real), donde el autor maneja el grado de hostilidad u hospitalidad del lugar para determinar el carácter o los estados de ánimo de sus personajes. El espacio de los cuentos es descrito de manera amplia. Debemos incidir en el hecho de que en este tipo de cuento abundan las descripciones, característica esencial de los cuentos, pero a esto volveremos en un momento. Sigamos con el espacio de los cuentos.
Encontramos espacios abiertos, en la mayoría de los cuentos, salvo en La condenada, los personajes se pueden mover libremente y nos sitúa con una vista panorámica de todo lo que ocurre.

En la designación del lugar se emplea tanto la nominación oculta, como la simbólica o caracterizadora.

Resulta oportuno hacer una distinción inicial de los espacios de la enumeración, cuando aparece, el lugar o marco donde se cuenta el cuento del espacio de la historia o de la acción, o lugar donde sucede lo narrado.

La visión amable, incluso idealizada del mundo rural clariniano contrasta con la muy áspera de P. Bazán y B. Ibáñez. En el caso de "Clarín" ambientado en Asturias (¡Adiós, Cordera!).

El campo valenciano enmarca la dura perspectiva de B. Ibáñez, aunque no exenta de simpatía por sus víctimas. P. Bazán nos trasladará a los ambientes marineros de La Camarona.


Las descripciones, característica muy importante de los cuentos. El cuento no puede prescindir de pasajes o frases descriptivas, esto es algo que caracteriza mucho a la literatura del Naturalismo. Incluso el cuento más escueto contiene generalmente un mínimo empírico de descripción. El gusto por el retrato físico y la función de la ropa como expresión de la burguesía es sin duda de las mejores descripciones que gustan a P. Bazán, y como podemos observar en este fragmento de La Camarona:

"Imaginadla, ¡Oh, pintores!, con su cesta de sardinas en equilibrio sobre la cabeza; su saya corta de bayeta verde, que en la cadera forma un rollo; sus ágiles y rectas piernas desnudas: su gran boca bermeja, como una herida en un coral, sus dientes blancos y lisos a manera de guija que las olas rodaron; sus negros ojos pestañudos, francos, luminosos; su tez de ágata bruñida por el sol y la brisa de los mares."

Observamos en tono sensual como retrata a la protagonista. P. Bazán percibe la realidad visual con cierto colorido, no como observamos en La condenada de B. Ibáñez, por ejemplo, que no se para tan detalladamente en retratar a estos personajes.

En Las fresas comienza con descripciones del ambiente en el relato similares al paso de una cámara filmadora, así en la presentación de un prado, los olores, sonidos y colores de la naturaleza daban pie a sinestesias en la lectura, como podemos leer en este fragmento:

"El cielo parecía como nuevo, de un azul tierno, lavado por el chaparrón hasta en sus más pequeños rincones. Los tejados, los árboles cuyas altas ramas percibía por entre las chimeneas, estaban aún empapados de lluvia, y aquel trozo de horizonte sonreía bajo un sol pálido. De los jardines cercanos subía un agradable olor a tierra mojada."

Como conclusión más certera de esto cabe decir que el cuentista pretende interpretar la vida mediante la descripción del entorno social y descubrir las leyes que rigen la conducta humana.



"Más que a España, amo yo al mundo, y más que a mi tiempo, a toda la historia de esta pobre, interesante humanidad, que viene de las tinieblas y se esfuerza, incansable, por llegar a la luz."
(Leopoldo Alas, "Clarín")



Los personajes


Ahora hablaremos de los personajes, aparecen en estos cuentos un reducido número de personajes que participan en una sola acción con un sólo foco temático. Su finalidad es provocar en el lector una única respuesta emocional, que la mayoría de las veces nos despierta cierta empatía (al leer los cuentos, nos sentimos solidarios por las calamidades que sufren algunos de los personajes), pues normalmente se trata de personajes miserables y que esconden cierta angustia, dolor o desengaño frente al mundo.

En Las fresas nos encontraremos con el personaje-narrador, no sabemos nada de él, simplemente se limita a contarnos los hechos, en este caso, participa en el desarrollo de estos. Otro personaje que también aparece es Ninon,  símbolo de vitalidad y belleza en este relato, un personaje que es hilo conductor en el libro de cuentos que versan sobre amores juveniles de Zola.
Estos personajes de Zola nada tienen que ver con los personajes de los demás cuentos, pues estos serán en cierto modo crítica de la sociedad de la época, personajes miserables y patéticas, humildes o delincuentes, fugitivos como en el caso de Rompecabezas de P. Galdós, los tres personajes que aparecerán en este cuento (una joven fugitiva, su hijo y un anciano) representan la clase más pobre o baja de la sociedad, y se puede observar cierta crítica política y social (como mencionamos en la anterior entrada), son personajes muy reales, muestran el lado más grotesco de esta sociedad que está sufriendo la injusticia de los más ricos.

Otros personajes delincuentes que encontraremos en cuentos como El hijo del camino de O. Picón o La condenada de B. Ibáñez, esta vez no se tratará ya de fugitivos, sino de presos, o en el caso de El hijo del camino, los personajes son meros tipos: como protagonista (Juan) el desheredado y como antagonistas, el representante de la ley, el cura y el militar, todos ellos carecen de desarrollo psicológico, (ojo, en ninguno de los cuentos mencionados ocurre esto, la mayoría de los personajes son simples, superficiales, lo importante de los cuentos no son los personajes, sino las descripciones y los hechos que en ellos se cuentan, el simbolismo.) pero lo que interesa de estos personajes es lo que representan. Más que clase social, este tipo de personajes encarnan el potencial revolucionario. En el caso de La condenada, los protagonistas están condenados, presos, el personaje masculino físicamente, y la mujer de éste, metafóricamente, como dice al final del cuento: "-Aquí, la condenada soy yo." Cuando la mujer se entera de que su marido ha sido indultado y ya deja de estar condenado a muerte. Aquí observamos un personaje femenino que busca su lugar en una sociedad que la ha dejado en segundo plano la mayoría de las veces, ahora la mujer va tomando palabra tanto en la literatura como en la vida cotidiana y de la época, esto le interés mucho a autoras como Pardo Bazán, y personajes femeninos que luchan por su libertad y por su estatus como ocurre en La Camarona, de esta misma autora.

En este cuento La Camarona representa a la sociedad, como en Rompecabezas solo que esta vez no se trata de fugitivos, sino de personas humildes y trabajadoras, otra similitud la de la muestra de pobreza y riqueza. Se muestra a La Camarona muy bruta, haciendo trabajos de hombres, P. Bazán, que es muy feminista muestra la cara oculta de la mujer (esta empieza a tener más gala en la literatura) y se trata de una mujer guerrera que lucha por sus ideales, al final del cuento accede a casarse con Tomás que al igual que ella, es “de mar” y después de la insistencia de sus padres para que se casara con un rico, al final, opta por un casamiento más humilde, más de acuerdo con sus sentimientos.

Por último, comentar los personajes de ¡Adiós, Cordera! de "Clarín", son tres los personajes los que aparecen, Pinín, Rosa y la Cordera, de todos los cuentos, estos son los personajes que más semejanzas tienen con los personajes de Las fresas de Zola. En el ámbito literario, "Clarín" y la mayoría de estos cuentistas renuncian a vincular la psicología y la actitud de sus personajes a factores genéticos o materiales, y el propósito observacional del naturalismo y su espíritu más crítico y satírico se sustituyen ahora por una contenida ternura, delicadez y sensibilidad. Aparece aquí el personaje-animal, dándole cierto toque emotivo al cuento, el símbolo que claramente se aprecia de este personaje sin duda es la comparación de cuando la Cordera es llevada al matadero y luego Pinín cuando es llevado a la guerra. Rosa simplemente hará de mediador, observadora de como su Cordera y su hermano se alejan, dejando un sentimiento de vacío. La crítica social aquí y el impacto que la guerra supone para el ambiente feudal (como mencionamos en entradas anteriores) es bastante notable.



"Si algo fuerte y divino hay en el hombre, es la voluntad."
(Jacinto Octavio Picón)



lunes, 20 de mayo de 2013

El tema de los cuentos

A continuación expondré los temas que he encontrado en los cuentos ya mencionados, empezaremos por el tema amoroso, visto en Las fresas de Émile Zola. Una visión romántica del amor que envuelve a dos jóvenes, el narrador del cuento y Ninon, su amada, que buscan fresas en un gran bosque y comparten la única fresa que encuentran entre los dos, la joven Ninon se la coloca en los labios y con un beso la comparte con nuestro protagonista, despertando en él un sentimiento de embriaguez. Uno de los puntos fuertes de Zola es la recreación de aventuras juveniles como este paseo de enamorados, donde predomina el aire despreocupado de la pareja y el disfrute del ocio. También podríamos incluir aquí La Camarona de Emilia Pardo Bazán, pues la Camarona que al principio se resiste de casarse con un rico, al final, accede a casarse con su compañero pero este cuento corre más por la rama de la crítica social.

El tema histórico, que encontramos en ¡Adiós, Cordera! de Leopoldo Alas "Clarín" y que va cambiando sustancialmente a lo largo del siglo. Entre lo histórico y lo político, cabe recordar la abundancia de cuentos acerca del servicio militar, como observamos en esta obra, con la marcha de Pinín, uno de los protagonistas. Entonces el tema central del relato sería en enfrentamiento entre dos sociedades: la feudal de la secuencia inicial (que introducen los protagonistas, Pinín y Rosa junto a su Cordera) y la moderna capitalista, que destruye el paraíso primitivo. Cabe destacar lo enlazados que están tanto este tema histórico como el social, al que pertenecerán los otros cuentos.

El tema social, que pertenece a los otros cuentos, La Camarona que también contiene cierto tema político como El hijo del camino, de Jacinto Octavio Picón; y Rompecabezas de Benito Pérez Galdós (este más realista que los demás, aunque a Pérez Galdós es complicado situarlo en una u en otra corriente).

En estos cuentos que acabamos de citar, se presenta a la sociedad como víctima de la injusticia política (de ahí la crítica de las clases más altas) se muestra como el sistema social destruye en cierto modo la moralidad del ser humano, dándole un aspecto demacrado, patético, como vemos en Rompecabezas, que se centra en el tema de la pobreza y de la riqueza, la vida bajo el punto de vista de un delincuente. En La Camarona, la vida de los pescadores, la humildad, el esfuerzo de la mujer por entrar en ese cuadro social del que siempre ha sido excluída. Y en El hijo del camino, la determinación social, ansia de justicia, ideas izquierdistas y propósito moral.



"La educación de la mujer no puede llamarse tal educación, sino doma, pues se propone por fin la obediencia, la pasividad y la sumisión."
(Emilia Pardo Bazán)



El naturalismo y el cuento

Se conoce como Naturalismo a una corriente literaria que se desarrolló durante el último tercio del siglo XIX, principalmente en Francia. Lo defendió el novelista Émile Zola, quien pretendía que la literatura se convirtiera en otra ciencia cuyo objeto de estudio fuera el medio social. Este tipo de literatura debía analizar el comportamiento humano siguiendo los principios de la observación y experimentación. Para ello partía de la idea de que el hombre estaba condicionado por su herencia genética y por el ambiente que se movía. Esto explica el interés de los naturalistas por ambientes miserables y personajes embrutecidos o víctimas de patologías diversas que permitiera demostrar mejor la influencia de la biología y del medio social. Técnicamente, se extremaron los rasgos del Realismo: descripciones minuciosas, reproducción fiel de la lengua hablada... En cuanto al punto de vista narrativo, el novelista, igual que un científico, debía exponer y analizar los hechos sin intervenir en la narración, por lo que se propugnó un narrador impersonal y objetivo.

Por lo que respecta al género narrativo del cuento, hay que decir que, en su contenido moderno, es verdaderamente una creación de los escritores realistas y naturalistas. El medio por excelencia de difusión de los cuentos fueron los periódicos.

El triunfo del Realismo en España fue tardío. Sin embargo, el Naturalismo fue conocido bastante pronto y las obras de Zola no tardaron en traducirse, aunque los escritores españoles no aceptaron la idea de convertir la literatura en una ciencia y solo aprovecharon del Naturalismo algunos recursos narrativos y su interés por los ambientes miserables. Debemos recordar también lo complicado que resulta saber si un autor se encontraba dentro del Realismo o Naturalismo ya que estos movimientos son fáciles de confundir, debido a la similitud presentada por los autores de sus características, la diferencia que podríamos marcar entre estos dos movimientos podría ser, que el Naturalismo al igual que el Realismo, se encargan de plasmar la realidad tal cual, sin rodeos. El Naturalismo tiene como objetivo reflejar la realidad sin añadidos ficticios, pues muestra las cosas tal cual son de una manera burda, vulgar, basándose en lo sublime, en lo repulsivo y lo inmoral.

Todos los cuentos tienen en común las siguientes características elementales: escasa extensión textual, una índole esencialmente oral, un nudo, una unidad básica y una función simbólica o explicativa. El cuento es una forma simple.

Y cabe destacar que autores como Clarín (renovador del relato breve) y la mayoría de los aquí mencionados se convierten en observadores imparciales con la misión de observar la realidad centrándose en la parte mas cruda, problemática y desagradable. Resalta y presenta los problemas descritos de tipo fundamental como son la herencia física y psíquica negativa, hábitat y medio ambiente desfavorecido, la pobreza, la ignorancia, y la vida en los barrios obreros. Describe el remedio para las desfavorables situaciones de la época.

En este movimiento literario se tiene en cuenta, el entorno, descripciones panorámicas como en el cuento de Las fresas, el determinismo, encontrado en El hijo del camino, la critica social-política como observamos en Rompecabezas y el reflejo de las clases bajas.



"Dichoso el que gusta las dulzuras del trabajo sin ser su esclavo."
(Benito Pérez Galdós)



domingo, 19 de mayo de 2013

Objetivos de este blog

Este espacio no solo trata de ser un proyecto para la asignatura de Literatura Española de los siglos XVIII y XIX de la Facultad de Filosofía y Letras (Cádiz) también se aplicará como herramienta para acercarnos a la literatura naturalista, en concreto a los cuentos y nos adentraremos de lleno en esta narrativa breve e interactuaremos con autores como Zola, Pardo Bazán, "Clarín" entre otros; autores muy influyentes de este movimiento naturalista y que dejaron material muy interesante para su estudio.

En las próximas entradas, comenzaré con una breve introducción al naturalismo y a los cuentos y luego iremos desmenuzando las distintas historias de los distintos autores. 


Los cuentos seleccionados son los siguientes:

Las fresas de Émile Zola, Rompecabezas de Benito Pérez Galdós, La Camarona de Emilia Pardo Bazán, El hijo del camino de Jacinto Octavio Picón, ¡Adiós, Cordera! de Leopoldo Alas "Clarín", La condenada de Vicente Blasco Ibáñez.

[Si pulsáis en los nombres de los cuentos accederéis a los textos completos de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y otras páginas de confianza y de mi selección.]

Expondremos las características principales de estos cuentos, analizaremos el tema, la estructura, los personajes, el espacio, el tiempo, el narrador... y a modo de ensayo, como este tipo de literatura tan influyente reproduce la realidad con una objetividad documental muy interesante y detallada.



Espero que disfruten.


"El artista no es nada sin su don, pero el don no es nada sin trabajo."
(Émile Zola)


Bibliografía:
BAQUERO GOYANES, Mariano, La novela naturalista española, (1986) Emilia Pardo Bazán, Universidad, Murcia.

EBERENZ, Rolf, Semiótica y morfología textual del cuento naturalista, (1989) Gredos, Madrid.

DÍAZ-BERNARDO, Esteban Gutiérrez, El cuento español del siglo XIX. Ed. Ediciones del Laberinto, Madrid. 366 págs.

AMORES, Montserrat y MARTÍN, Rebeca (eds.), Estudios sobre el cuento español del siglo XIX, (2008) Ed. Academia del Hispanismo, Vigo.


Varios autores, Cuentos del realismo y del naturalismo, (2004) Ed. Edelvives, Zaragoza. 224 págs.